La banda 1960 estrena “Americano”: Un quiebre minimalista producido por Diego Peralta

La banda valdiviana 1960 presenta su segundo álbum Americano un trabajo que marca un quiebre significativo respecto a su debut y que redefine su enfoque en la composición. A diferencia de su primer disco, Dopamina (que recopilaba diez años de canciones), esta nueva entrega nace completamente en el presente, con una creatividad fresca y trabajada en estado puro, según explica el vocalista y principal compositor, Sebastián Rivera.

Americano apuesta por un enfoque minimalista y directo, pensado para ser interpretado en vivo sin necesidad de grandes artificios.

Parte esencial de esta transición se debe a la visión de Diego Peralta, quien asumió la producción del álbum guiando un proceso más liviano, emocionalmente contenido y colaborativo. “Diego veía luz donde yo veía oscuridad”, comenta Sebastián Rivera, destacando la confianza construida durante el proceso de producción.

El deseo de ser fiel a su identidad llevó a la banda a priorizar lo simple. Rivera compuso gran parte de estas canciones desde la intimidad de su hogar en Valdivia, dando origen a maquetas luminosas como “Capibara”.

Un retrato inmediato: Miedos, transformaciones y la figura del conejo

“Americano” captura un estado emocional distinto al de su trabajo anterior. Sus letras reflejan miedos, inseguridades y las transformaciones vividas por los integrantes en los últimos años.

Para canalizar esas sensaciones, 1960 creó un personaje simbólico: un conejo, que debutó en el videoclip de “Beauchef” y que representa con ternura “aquello que cuesta nombrar”.

El álbum está atravesado por una relectura emocional de referentes culturales y musicales chilenos, desde Pettinellis y Fother Muckers hasta una inesperada inspiración en la sensibilidad de Eduardo Bonvallet. Las influencias internacionales incluyen a El Mató a un Policía Motorizado y Dayglow.

Colaboración y la portada de Fabrizio Copano

El disco cuenta con un feat orgánico de Floresalegría, un aporte que la banda considera uno de los más significativos del proyecto.

La portada de “Americano” es una fotografía cedida por el comediante Fabrizio Copano, donde aparece junto a su madre y su hermano Nicolás. La coincidencia fue perfecta para el concepto del álbum: al retomar la imagen, la banda descubrió que la foto también incluía un conejo, creando un guiño involuntario al símbolo del disco.

Con este trabajo, 1960 entrega un retrato inmediato de su estado actual, buscando el equilibrio entre lo emocional y lo sencillo.