Los tres fundamentales de la canción cebolla según Marisol García

La periodista Marisol García lanzó hace unos meses el libro Llora Corazón, el latido de la canción cebolla, una investigación periodística que repasa la historia y vida de grandes músicos chilenos de la segunda mitad del siglo XX que dieron la lucha en la canción romántica y en el sentimentalismo.

Muchos nombres de este género lograron una inmensa popularidad como Lucho Gatica y Antonio Prieto, sin embargo, otros cantantes como Ramón Aguilera o incluso Zalo Reyes, fueron menospreciados por una “pauta de prejuicios, clasismo y complejos que desde las sombras comandaba sus chances de proyección”, relata García en el texto.

La periodista e investigadora preparó exclusivamente para Musicachilena.cl una selección de tres canciones que ella considera fundamentales en este género:

“El día más hermoso”, Ramón Aguilera (autor: Ernesto Acevedo Hernández)

Hay muchas canciones de homenaje a la madre en el cancionero chileno, pero “El día más hermoso” es la más conocida y versionada. Es representativa del género cebolla por dos pilares de orgullo, imposibles de encontrar en otro género. Muestra la devoción del hijo sin pudores, sin medida en la expresión de ese cariño (que se asume es el de todos: «perdone si la suya / tal vez, haya partido / pero una madre vive / siempre en el corazón») pero además con versos de orgullo de clase trabajadora. La canción no oculta la pobreza de quien canta, e incluso la amargura adulta que instala no contar con la abundancia que sería justo prodigarle, pero lo hace sin pedir disculpas, sin lamentarse por ello, sino más bien exponerlo como parte de la inescapable identidad de hijo.

“Nuestro juramento” (autor: Benito de Jesús)

Es la canción fundamental para el repertorio cebolla chileno, aunque sea de autor portorriqueño. La popularizó el ecuatoriano Julio Jaramillo, referente de casi todos los cantores incluidos en mi investigación. Es el canto al amor absoluto, que supera incluso los límites del espacio-tiempo, y hasta de la vida misma: «… y si los muertos aman / después de muertos amarnos más».

“Propiedad privada”, en versión de Rosamel Araya (autor: Modesto López)

Es un vals peruano tradicional, muy conocido, pero en la versión de Rosamel Araya se convierte en un temblor inquietante. Fue la canción que definitivamente lo convirtió en estrella en Argentina (conquista de la que poco se supo en Chile, y menos en su San Antonio natal). La destaco por la impresionante versión de Araya: en el punteo de guitarras del trío Los Playeros y en el vozarrón que él ostenta al exponer ese amor amenazante y posesivo: “Para que sepan todos a quién tu perteneces / con sangre de mis venas te marcaré la frente…”.